Recién licenciado en química, Andrés le comenta a su padre, un rico industrial, que no trabajará en su empresa porque quiere ser sacerdote. Su padre se opone rotundamente a su vocación religiosa, no lo puede aceptar de ninguna de las maneras y decide torcer sus planes contando con la colaboración de su sobrino Juan, un tarambana al que le encanta salir de juerga y conquistar mujeres guapas. |