Segismundo Porretas se muda a casa de su hijo y su nuera Candelaria. Dada la situación de penuria económica en la que viven, ella le propone que colabore en los gastos de la casa con una parte de su pensión, pero el anciano no está dispuesto a soltar un duro. Candelaria comprende muy pronto que su suegro está firmemente decidido a sacarle a la vida el mayor jugo posible. Libre adaptación de la obra de Eduardo Vázquez Carrasco. |