Sylvi decide acabar con su vida tomando veneno tras ser atropellado su hijo por un autobús mientras ella estaba de compras. Su marido la culpa. No muere pero queda ciega y se ve obligada a llevar unas aparatosas gafas negras. Su marido, que se había sentido ya atraído por su hermana menor antes de casarse con ella, flirtea ante sus cegados ojos. Sin que nadie lo sepa, una operación le devuelve la vista y... |